Después de montar toda la tsuka de la katana y viendo que no había quedado mal del todo solo queda hacer la clase y probarla de verdad.
En primer lugar hay que pedir permiso al Sensei (a una katana afilada hay que tenerle un respeto); me lo dio y me dijo que le gustaba como había quedado, aunque debo de apretar más el tsuka-ito ya que se mueve un poco. A continuación empieza la clase, con el lógico cuidado de no cortar a nadie y de no cortarme yo.
Consigo finalizar la clase sin problemas pero con un pequeño dolor en el codo ya que la muchacha pesa casi 1,5 kg y la diferencia de peso con el Iai-to es de 600 grms. Pero eso sí, el movimiento de corte sale solo y no se desvía un milímetro de la trayectoria del mismo. De todas formas es una herramienta para examen ya que pesa mucho y puedo acabar con una tendinitis de codo “del copón”.
Antes de eso un suceso muy importante. Pude conocer a Jan, el principito de Silvia y Cesar. Es un niño maravilloso. Alegre, confiado, con unos ojazos que dan ganas de comérselos (traerá a las chicas de cabeza, seguro) y cariñoso, muy cariñoso. Con él han roto el molde.
Esta mañana (sábado), arbitraje de karatecas en el Prat de Llobregat (Campeonato de Catalunya de Clubs). Ya que no puedo competir, por yayo, al menos puedo juzgar y aprender.
Un abrazo muy fuerte a todas/os y hasta el próximo artículo en este u otro blog.
sábado, 14 de abril de 2012
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