La efectuada ayer a las 8 pm. en el Dojo.
Poca gente, tanto es así que hasta 5 minutos antes de la misma solo éramos 2 estudiantes. Estuvimos a un paso de la clase particular con el Sihan. Al final vinieron más compañeros y realizamos una clase muy buena hasta que llegó como diría Groucho Marx:
-La parte contratante de la primera parte -
Esta se produjo cuando el Sihan nos ordeno que realizáramos Oyo Bunkai Kumite de los Kata Pinan Nidan y Pinan Sandan. Ahí empezó el “katicidio” de las mismas. ¡¡¡QUE HORROR!!!, que torpeza. En momentos como este te das cuenta que estás a años luz de los que crees que sabes y que la utilización de la famosa frase “soy un gusano y me arrastro” es de lo más apropiado.
Para finalizar, la práctica del Kata Shinzei i la enseñanza del Kata Tensho, este último de gran dificultad a pesar que externamente parece de lo más simple.
Al salir de clase lo mejor. Una cervecita (que al final fueron dos), con el maestro Fidel al cual a partir de ahora le bautizo como 教師 “Kyōshi” (si él me lo permite). Acompañando al dorado y espumoso líquido una serie de baterías de buenos consejos que pondré en práctica a partir de este momento como base firme para como él dijo y cito.
- Te has de sentir con ese cinturón, no has de pensar en el próximo, has de hacerlo tuyo –
Y como se dice en los libros de caballerías antiguos: - Pardiéz que asína lo fasceré –
Con esto acabo los relatos de este año de Karate. El próximo año este humilde lechón perpetrador del Karate-Do os continuará explicando sus malandanzas, sus penas y sobre todo sus alegrías.
Un abrazo, Feliz Navidad y próspero año y decenio nuevos.